Todavía no sé cómo me desenamoré… Si tu no lo entiendes, yo menos! Si a ti te sorprende, a mi más! Yo que creía en el amor de la misma manera que una niña cree en cuentos de hadas. Creía en su inmensidad y eternidad, pero principalmente en su poder… Creía que el amor todo lo podía y todo lo soportaba.
Ya ni sé qué creo.
Crees que decidí intencionalmente dejar de quererte? Para mi fuera más fácil simplemente seguir enamorada, y quererte! Tenía todo lo que una chica quiere: el chico bueno, la relación estable y duradera… Hasta que un día, PUF! Ya no.
Y es que no me lo podía creer… Éramos la pareja más linda! El ejemplo a seguir!
Te conocí siendo una niña… No me gustabas, pero para mi suerte yo si a ti! No te recuerdo mucho en aquél campamento, pero si que después de ahí chateábamos a diario! De todas las boberías que se nos ocurrieran, quien sabe! Lo que si sé es que esperaba ansiosa la hora de conectarme, y ni siquiera lo sabía en ese entonces! Me sonreía frente al ordenador y te mencionaba en todas mis conversaciones… Pronto todo el mundo sabía que me gustabas menos yo.
No faltó mucho tiempo para que me diera cuenta… Comenzamos con las inocentes indirectas y esos momentos donde me mirabas y yo sentía que no tenía donde esconderme, aquél día de Diciembre que nos agarramos las manos por primera vez y nos besamos de pensamiento porque ninguno le robó el beso al otro… Pronto me pedías que fuera tu novia, y yo te decía que no, por miedo.
Ese miedo que, no puedo creerlo pero, todavía hoy lo tengo! A lo desconocido, a sufrir…
Pero me convenciste. Me hiciste una de esas promesas imposibles de cumplir y que uno siempre se cree: Yo no te haré daño, no te haré sufrir.